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41 días suficientes para el verano

El Sistema Educativo Mexicano establece 200 días de trabajo escolar anual a más de 25 millones estudiantes de educación básica, después de la dinámica preestablecida al asistir cotidianamente a la escuela, surge en la sociedad estudiantil la anhelada palabra vacaciones, receso, ocio, libertad; a partir de ese momento el objetivo del curso escolarizado se cumplió, las actividades académicas dejan de ser obligatorias, lo cotidiano de la escuela se transforma, los propósitos de las vacaciones se plantean fuera de un aprendizaje formal, lo informal se convierte en parte de lo formalidad.


El término vacación se deriva del latín vacatĭo, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado de las actividades cotidianas, en este periodo se proyectan acciones atemporales destinadas a la osadía de la vida, en algunas escuelas se ofertan cursos de verano especulando sobre la necesidad social, dejando aún lado los parámetros costumbristas de la escuela.


En este sentido el estar en periodo vacacional implica estar libre de toda actividad formal del proceso educativo; dicha etapa se convierte en un tormento para la mayoría de los padres de familia, el periodo vacacional es un problema cuando los padres de familia se cuestionan acerca de la realidad y no saben qué hacer con los niños, se piensa que sólo la escuela puede hacerse cargo de ellos; cuando la responsabilidad del cuidado y educación está en casa; 41 días en el que la enseñanza, seguimiento, aprendizaje y valoración de la educación depende la familia y no de la escuela.


El período vacacional es fundamental para que los padres favorezcan los nexos, hábitos, normas, valores, ideas; es el espacio para fortalecer la relación familiar considerando que la escuela en ese momento no condiciona las actividades en casa; es el tiempo en el que desarrollo de las tareas del núcleo familiar contribuye a un mismo fin, es el lugar donde el cuidado debe ser unidireccional y congruente con lo que sea fomentar en el niño, es el espacio para contribuir a la socialización del niño en el contexto.


Ante ese ideal, cabe preguntarse ¿por qué los padres se niegan al cuidado de sus hijos, en los períodos vacacionales? Las respuestas pueden ser diversas, ya sea porque trabajan, consideran que es demasiado tiempo sin actividades escolares, no cuentan con proyectos familiares o simplemente no tienen tiempo; si bien 41 días entre sábados y domingos, pueden ser demasiados para relajarse, viajar, jugar, escuchar música, divertirse, leer, ver T.V, reflexionar, etc. Nunca serán suficientes para cumplir con el propósito formativo de educar, el cual se constituye como un proceso de convivencia de manera progresiva y congruente, la verdadera educación del niño se construye antes de su nacimiento e inicia con la propia educación de los padres.


Nadie estudio para ser educador de sus hijos, pero si desea la mejor educación para ellos…


Voces Normalistas

 
La transformación del contexto educativo
 
"Los educandos en la actualidad son supeditados a los medios de información y comunicación, se comportan como  un  simple espectador, sometidos al medio de  dominación de masas."
 

Educación Futura

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