El quehacer docente, ¿una práctica social?
- Jesús Andriano
- 30 abr 2015
- 2 Min. de lectura
La formación inicial del docente se encuentra diseñada en un núcleo imprescindible de necesidades, significados y significantes, los cuales posibilitan la cristalización de su futuro docente a partir de acciones emergentes de la práctica profesional, de requerimientos específicos de la pedagógica establecida por lineamientos, parámetros o indicadores, así como de tareas que establecen acciones pedagógicas cotidianas y tradicionales.
El docente de hoy tiene la responsabilidad de identificar cuáles son los aspectos que conforman el contexto social, reconociendo las características del entorno como aspecto fundamental de la práctica educativa y de la supuesta realidad; el docente debe considerar que la explicación causal es garantía de cientificidad, y esta le permite comprender la interpretación de las acciones en forma, tiempo y espacio. En este sentido, el docente del siglo XXI, debe apuntalar su realidad hacía la transformación de la práctica de acuerdo con los aspectos que configuran el entorno educativo.

Crecer y aprender en el proceso de la práctica no son consecuencias automáticas de la experiencia docente, el contexto educativo conformado por los agentes sociales establece una serie de acciones deliberadas que dan pauta a la congruencia de lo aprendido con lo imaginado, considerando qué como proceso se establece una dinámica permanente de adecuaciones a las necesidades del contexto; por lo tanto es necesario precisar que el quehacer docente involucra el conocer, identificar y respetar la particularidad de los hechos sociales (culturales, políticos, económicos) con la intención de darle sentido significativo a la conformación de una praxis educativa. El quehacer docente se genera desde la construcción de lo que se desea planear, hasta la interpretación de las acciones realizadas en un ejercicio sistemático de análisis y reflexión, cuestionando si es qué en todo actuar docente se genera enseñanza e incluso un posible aprendizaje a partir de las acciones de la práctica docente y con la intención de reconfigurar el sentido pedagógico, así como admitiendo que no existen prácticas educativas empíricas, es decir, toda acción pedagógica intenta cumplir con un objetivo llamase a este de carácter no formal, formal o institucional.
La práctica docente no propiamente genera un aprendizaje en el alumno, ni toda acción destacada es elemento central del aprendizaje, son sus implicaciones, aspectos e influencias las que definen desde el contexto la secuenciación del aprendizaje a partir de los fenómenos sociales.
Referencias
Contreras José, P. d. (2010). Investigar la experiencia educativa. Madrid: Morata.
Meirieu, P. (2004). En la escuela hoy. Barcelona, España.: Octaedro.
Scôn, D. (1992). La formación de profesionales reflexivos. Barcelona: Paidos.